¿Sabías que a Miguel Hidalgo lo mataron en Chihuahua?
- Celeste Villalobos
- hace 1 día
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El 30 de julio de 1811, en la ciudad de Chihuahua, fue fusilado Miguel Hidalgo y Costilla, iniciador del movimiento de Independencia de México. La muerte del sacerdote insurgente marcó uno de los episodios más dolorosos de la lucha por la libertad y dejó una profunda huella en la historia del país.
Tras su captura en Acatita de Baján, en Coahuila, Hidalgo fue trasladado a Chihuahua junto con otros líderes insurgentes como Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez. Allí fue sometido a un proceso judicial por insurrección, considerado traición a la Corona española. El juicio, llevado a cabo por autoridades realistas, culminó con la sentencia de muerte.
Previo a su ejecución, el 29 de julio, Hidalgo fue excomulgado por la Iglesia, despojado de su investidura sacerdotal y confinado en la torre del antiguo Colegio de los Jesuitas, hoy conocido como el Palacio de Gobierno de Chihuahua. La madrugada del 30 de julio fue conducido al Hospital del Padre de la Nación, donde recibió los últimos sacramentos.
A las seis de la mañana fue llevado al Patio de los Capuchinos, un espacio anexo al convento de San Francisco. En ese sitio fue fusilado de espaldas por un pelotón de soldados realistas. Tenía 58 años. Luego de su muerte, su cabeza fue enviada a Guanajuato junto con la de Allende, Aldama y Jiménez, para ser exhibida como escarmiento en las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas.
Aunque su vida terminó en Chihuahua, la figura de Miguel Hidalgo se convirtió en símbolo de la lucha por la independencia y en uno de los personajes más importantes de la historia nacional. Hoy, el lugar de su ejecución es recordado con una placa conmemorativa, y en el Palacio de Gobierno de Chihuahua se conserva la Sala de Héroes, donde se honra su memoria y la de los demás insurgentes sacrificados en esa ciudad.