Palacio Alvarado
- Frida Sofía
- 27 feb 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 2 mar 2020
Conozcamos la historia del célebre Palacio Alvarado ubicado en la “Capital del mundo” Hidalgo del Parral Chihuahua.

Todo comienza con el minero y filántropo Pedro Alvarado, el rico dueño de la mina “La Palmilla” (de la cual hablaremos en otra ocasión). Pedro Alvarado Torres nació el 16 de julio de 1873, siendo el primogénito del señor Francisco Alvarado y de la señora Dionisia Torres.
Pedro se casó con Virginia Griensen Zambrano, hermana de la famosisima Elisa Griensen (de la cual también hablaremos en otra ocasión), finalmente Pedro y virginia contrajeron matrimonio el dìa 19 de Marzo de 1895.
La construcción de esta casa familiar inició en 1898. Para esta gran obra arquitectónica se contrató al arquitecto cubano Federico Gabriel Amérigo Rubier y también al famoso decorador italiano Antonio Decanini.
Este palacio sobresale por su bella arquitectura de estilo ecléctico en cantera blanca, su herrería en hierro fundido y forjado, sus puertas de cedro talladas, y su hermosa fuente en el centro del patio.
Este gran palacio fue decorado a gusto de Doña Virginia, importando una infinidad de muebles, jarrones de cerámica, porcelanas, espejos, marcos de maderas finas, alfombras, etcétera. Todos estos artículos fueron comprados en las tiendas más exclusivas de Estados Unidos y Europa.

Cinco años fueron los que duró la construcción, mientras esta se efectuaba la familia Alvarado habitaba la casa que se encontraba frente al palacio.
Hasta 1903 pasan a tomar posesión de la residencia mientras el decorador Antonio Decanini aún pintaba los últimos murales de la casa.
La señora Virginia falleció el día 6 de Mayo de 1905, lamentablemente no pudo ver su casa completamente terminada.
Don Pedro respeto la memoria de su amada esposa, al no adquirir ninguna clase de compromiso con ninguna otra mujer, él en cambio se dedicó a hacer obras de caridad hasta la fecha de su muerte el 16 de diciembre de 1937.
Pedro Alvarado fue un personaje tan querido por el pueblo parralense que no permitieron que el cuerpo fuera trasladado en la carroza fúnebre familiar, prefirieron llevarlo sobre los hombros hasta el monumento donde ahora descansa.