La proclamación de Agustín de Iturbide como emperador
- Celeste Villalobos
- hace 5 días
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El 19 de mayo de 1822, el Congreso mexicano ratificó a Agustín de Iturbide como emperador constitucional del Imperio Mexicano, bajo el nombre de Agustín I, marcando así uno de los episodios más singulares y breves en la historia del país.
Tras la consumación de la Independencia el 27 de septiembre de 1821, Iturbide emergió como una figura central, gracias a su liderazgo en el Ejército Trigarante y a su papel en el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba, que formalizaron la separación de la Nueva España del dominio español. Su popularidad y el vacío de poder tras la independencia llevaron a que algunos sectores del ejército y de la sociedad impulsaran su coronación.
La decisión fue ratificada por el Congreso en una sesión polémica, en la que se argumentó que la estabilidad del país requería de una figura fuerte y unificadora. El 21 de mayo, dos días después, se llevó a cabo la ceremonia solemne de proclamación, y el 21 de julio de ese mismo año fue coronado en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
Sin embargo, el Primer Imperio Mexicano enfrentó serias dificultades desde su origen. El país se encontraba en una profunda crisis económica, con tensiones internas entre los partidarios del centralismo monárquico y los que defendían el proyecto republicano. Además, surgieron conflictos entre el emperador y el Congreso, que culminaron en la disolución de este último por órdenes de Iturbide.
El régimen de Agustín I duró menos de un año. Ante el creciente descontento social y político, así como el avance del movimiento republicano encabezado por Antonio López de Santa Anna y otros líderes insurgentes, Iturbide abdicó el 19 de marzo de 1823 y partió al exilio. En 1824, al regresar al país sin autorización, fue arrestado y ejecutado en Tamaulipas, acusado de traición a la patria.